Miles de Venezolanos salieron en el mes de Noviembre del año 2017 a protestar en contra del gobierno de Nicolás Maduro, muchos jóvenes no regresaron a sus hogares, el saldo de violaciones de Derechos Humanos de ese año en el contexto de las manifestaciones resultó de más de cien víctimas mortales, decenas de heridos y cientos de detenidos, entre ellos se encontró Virgilio Jiménez, joven de 20 años de edad, quien fue detenido durante las protestas el día 21 de noviembre del año 2017, quien durante su audiencia de presentación le fue imputado el delito de terrorismo, el joven desde ese momento se encontraba recluido en el Centro Penitenciario David Viloria, conocido como Uribana, en el Estado Lara.
Después de un largo procedimiento y violaciones de Derechos Humanos es importante destacar que al joven no se le respetó el debido proceso (siendo este un patrón sistemático aplicado por el Estado, en casos de detenciones arbitrarias), en virtud de que a la fecha aún no se le había realizado audiencia preliminar, manteniéndose privado de libertad, situación que mantuvo sostenida la violación al derecho a la educación, derecho a la salud, derecho a la alimentación, alimentación que permitiera garantizar su salud física y mental y por sobre todo el derecho a la vida.
Recientemente se ha dado a conocer la lamentable noticia del fallecimiento de este joven debido a la falta de medicamentos y atención médica. Fue trasladado a un centro de salud debido a su grave estado pero los esfuerzos del personal médico fueron en vano y por desgracia falleció el pasado martes.
Luego del fallecimiento del joven su hermana Yoliani Uzcátegui, Expresó:
“Desde diciembre de 2018 no recibía visita. Hace dos semanas, él llamó para pedirnos medicinas y comida. Tenía fiebre. Dijo en ese momento que la comida llegaba con patas de cucarachas y a veces con gusanos. El menú de esos días era arroz puro “con algo” y arepa pura.”
Es palpable y deprimente la realidad que se vive en los centros de reclusión, estos son reflejo de una Venezuela contaminada, sumergida en la barbarie, en la falta de humanidad y sobre todo con una ausencia de igualdad y justicia. Pareciera que luego de ser torturados, el castigo que reciben estos jóvenes, en su mayoría de 19 o 20 años, es dejarlos morir. Hay una violación en su totalidad a los derechos humanos.
El Centro de acción y defensa por los Derechos Humanos (CADEF) exige justicia para Virgilio Jiménez y para cada uno de los jóvenes detenidos en el marco de las protestas, es inadmisible que en pleno siglo XXI, se sigan violando los derechos de los ciudadanos, truncando el futuro del país, futuro que reside en la juventud que hoy está tras las rejas, por pensar distinto, es que acaso juventud no es sinónimo de rebeldía, de lucha, de heroísmo, no olvidemos de dónde venimos, pero sobre todo jamás olvidemos hacia dónde vamos. Justicia es todo lo que pedimos.
Nos sumamos al luto y al dolor por el que atraviesa la familia de Virgilio Jiménez, a quienes les enviamos nuestras más profundas condolencias.